Confluir en el tiempo, en el mismo espacio; estando juntos.
Tenernos cerca, llamarnos amos
de esta vida suspendida, breve en momentos
pero fuerte en sustancia.
La misma esencia, la que perdura, la que se lleva
todo aquello que vivimos, que miramos y que morimos.
Cada instante, cada gozo, cada escena; el interminable acto.
La luna que aún te observa,
la que cuenta mi porvenir,
el único testigo en el crimen del que fuimos culpables,
el verdadero vocero de nuestras almas separadas, palpables.
Buscando excusas, disculpa.
Llenando un vacío, en vano.
Consolidando el cero, sin culpa.
Despertando al cielo, sin ser citado.
Te espero,
me llenas,
te extraño.