Varadero, Cuba |
Protegido bajo la necesidad de proteger a alguien.
Conciencia: Llegar a saber que en verdad se ignora todo; es estar verdaderamente solo.
Empatía: La mentira que nos recuerda que la verdad no lo es todo.
Tan banal como una sola palabra.
Tan fugaz como un parpadeo.
Tan real como un pensamiento.
Tan efímero como un recuerdo.
Tan constante como olas al mar.
Respirar como paisajes al aire.
Interminables puntos al horizonte.
Qué momento tan real.
Saber que te deseo y que a la vez te temo.
Temo perderme, de dejar fingir conocerme,
de dejar de vivirme y comezar a vivirnos.
De hablarte, de conocerte, de platicarme y reírme.
Temor a ser feliz por un lapso,
un tiempo. Sólo uno, solo al fin.
Dejar sernos. De sernos.
Sólo deseo.
Desaparece un futuro: Aparecen cientos.
Deseas algo diferente, no algo peor.
El barco se hunde: Ya está hundido.
Nadie ha cedido, nadie se ha abandonado,
nadie ha notado que ya nos encontramos ahogados.
Termina la siesta de las siete, de las dos horas.
Siempre hay algo que hacer.
Eso te mantiene feliz. Despierto.
La luna entra por la ventana inexistente de mi cuarto.
Lo noto porque la siento. La ciudad desaparece entre nubes,
y mi esperanza se casa con ella.
Ambas me abandonan, dándome qué escribir.
Límpiate las lágrimas con la bandera.
Llórale su realidad, el pasado
su presente
y su futuro ausente.
Muéstrate sin raíces,
negando tu pasado.
Búrlate del bronce que recubre tus brazos,
tu rostro, tu cuerpo entero.
Niégate a cada segundo: Condénate.
Continúa aparentándote,
engañándote.
Piérdete en falsas imágenes,
sueños sin raíces.
Frutos inexistentes.
Ramas que terminan por ahorcarte,
por hundirte.
Lleno de fobias, miedo a moverte,
a crecer: Madurar.
Ganarte un nombre.
Descubrir que existen más estrellas
aparte de Apolo.
No se trata sólo de esforzarte, de trabajar: Piensa e intenta cambiar.