-¿Cuántas veces haz mirado al cielo?-Nunca antes había oído tantas veces cuestionarse a alguien lo mismo siempre que comenzaba el día. Hasta hoy lo entendí.
Por la mañana como de costumbre, las 5:45am fue la hora en que abandoné el sueño, que por cierto no había sido muy placentero. Como siempre, abordé el automóvil, sin razón alguna se me ocurrió voltear al horizonte… ¡justo ahí! Tan hermosa… tan grande… tan natural… sólo estaba ella, acompañada por esas pequeñas, felices y siempre felices amigas que nunca abandonan el cielo por ninguna razón.
No pude contenerme más… ni siquiera por vivir en esta gran ciudad pude resistirme a mirar aquel amanecer acompañado por esa hermosa luna… parecía que el tiempo no transcurría, parecía que simplemente había andonado mi cuerpo y ahora estaba navegando junto a ese mar de deseos… aquel mar en el que nadie tiene preocupaciones, el tiempo no importaba…
¡Pero que pasa! ¡¿A dónde vas?! Acaso ya no quieres estar junto a mí? ¿Es que te he ofendido? Sin mas preámbulos… ella desapareció… y hasta el momento… sigo esperando mi encuentro.
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