Es una noche custodiada por guardianes, celadores de sueños.
Guardianes del reflejo de las estrellas; extintas hace años. Su perdida luz es la que observamos.
Una noche espesa, difícil de respirar, complicada de asimilar.
Nos miramos a los ojos, vemos nada. Comenzamos de nuevo, los miramos bajar.
Es difícil volver a empezar, un arduo labor. Cerramos los ojos.
La luz hace ver tu rostro pálido, casi translúcido, perdido en la noche.
Su rostro se dibuja en el tuyo: mejillas, labios, barbilla, los hermosos ojos.
Están junto a nosotros, tú no los ves, pero están más cerca que nunca.
Los destellos perdidos de su cometido se diluyen en tu cabello, lo alborotan, cual hoja en otoño.
Continúas sentada, inmóvil, vencida, derrotada por la noche, ausente y vacía.
Me levanto, tomo tus manos y te cuento cuánto te amo.
Lo intento.
Sonríes, te incas, llevas tus manos a las rodillas y te dejas caer.
Continúas cayendo...
Empiezo a tener miedo, desconozco qué tanto caerás. Ellos me llevarán.
Los miro -en señal de ayuda-, ellos, sin rostro, contestan con un silencio que lo hacía todo temblar.
Intento alcanzarte, tenerle, abrazarte...
Sigues cayendo, los brazos tendidos al aire pugnan, seducen al hombre que de lejos los ve bailar.
El hombre se siente poco, nada.
La incertidumbre que yace ante él...
La mujer al valle arrastrada, por la noche, cegada.
Un esbozo de noche, un mar atrapado entre sus mismas olas.
"He oído más de lo que he visto.
He escrito más de lo que he vivido.
He sufrido más de lo que en verdad he tenido.
He fingido más de lo que he sido.
He sido más de lo que tus ojos han visto"
Así fue como el mar la arrancó de mis brazos, la llevo consigo, apartándola de mi lado, llevándose la mitad que prometí entregar, la otra mitad que estuve dispuesto a ganar.
Ahora, siempre buscando su rostro, miro la luna; me pregunto qué tan lejos quedó el amor que una vez formó parte de mi efigie, esa imagen que perduraba por días en los sueños que tenían lugar debajo del árbol, en medio del mar; ambos, juntos, rodeados por luz.
Espero el momento, empiezo mi sueño. Inerme.