Supongo que cuando un hombre llora, no lo dice, mucho menos lo escribe. "Es cuestión de madurez" -hace pocos minutos escuché. Ya estás grande, debes ser fuerte. No debes permitir que tales situaciones lleguen hasta tu núcleo, que te dobleguen. Eres capaz de todo, lo eres. No sé qué tan poderosa sea la mente humana. Eres capaz de todo. Mírate. Siéntete rodeado de árboles, escucha cómo te llamaron, siente como te mecen. Siente las lágrimas de la Tierra deslizarse en tu semblante; confundiéndolas con las tuyas, las apartas. Miras al cielo y no distingues de qué lado del cielo te encuentras, esta vez las estrellas se posaron sobre el punto más alto de aquellos postes. La brisa forma cortinas que las confundes con polvo, son tan finas. La segunda lágrima alcanza la punta del pie del hombre.
Cuando las lágrimas tocan la boca,
deslizándose, delineando la efigie,
resaltando todo aquello que resulta más incomprensible
que el hecho de despertar,
persistiendo: solamente existiendo.
Ese momento.
Ese temblor que se incrementa conforme se aleja del torso,
temblor ocasionado por acción del corazón,
de la mente, del ambiente.
Las imágenes se vuelven brumosas,
acuosas,
se distorcionan, se obscurece
y de pronto, se aclaran.
Llueve de tus ojos a la tierra,
de la Tierra a tus ojos, todo ha cambiado.
Ni intentar secar las lágrimas,
sería negar tu condición de humano,
a esos que tanto odias,
con los que compartes espectro.
Siento latir mi corazón,
solicito el momento,
me lleno de todo y de Tierra,
de cielo y ayunos.
A cada minuto deseo que toda esta complejidad
tuviera un objetivo, una hipótesis que probar,
siquiera un título.
La noche ya cubría más de la mitad de la pequeña colina. Justo en el borde del bosque, el hombre buscaba ayuda: no gritaba, no temía, tampoco lloraba. Sólo estaba siendo un hombre caminando a la orilla del bosque.
Te miro y recuerdo cada minuto de mi existencia, cierro los ojos y apareces, los abro y sigues ahí. Sigues en mí. Te siento todo el tiempo, eres mi existencia, eres mi alma creadora, mi origen, mi fin, eres mi madre.
Eres vida, eres amor.
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