Es temprano a comparación de otras noches, al igual que todas las anteriores ésta es diferente.
Supuestamente será la última vez en este nicho... en aquel edificio de envidias, de locuras, de engaños, de celos y desdicha. Fue donde nací, es donde he crecido, no conozco otro lugar que no sea éste. No todo lo dicho y hecho fue malo, también conocí varias personas que valen la pena, que podría considerar hasta de mi familia. Siempre estuvieron ahí para mí, en cualquier momento que fuera necesario - y en el que no también-.
Por muy humildes que fuéramos nunca caímos en el juego de la envidia, aunque uno que otro descontento... pero a fin de cuentas nada grave.
En esa casa se cocinaba la comida más rica que he tenido el gusto de probar, su olor era tan peculiar que a 5 pisos de distancia era inconfundible y embriagante. No había nada lujoso para adornar dicha comida, tan sólo el agua de limón era suficiente para hacer perfecto el desayuno.
Juegos de cartas, conversaciones nocturnas, dibujos sobre servilletas usadas, estas son sólo algunas cosas que podías hacer ahí dentro, pero el departamento no sería lo suficientemente grande, ni siquiera toda la "Santiago", para almacenar todas las vivencias y recuerdos que inundan mi mente en este momento.
Aquellos juegos de futbol en vacaciones de verano, incluso entre semana, sin importar que fueran exámenes finales en primaria. Siempre nos tenías ahí afuera para la "cascarita".
Que decir de las aventuras en la escalera, jugando que defendíamos aquel castillo en lo alto de la montaña, de los entrometidos gringos. Incluso en esas escaleras presenciamos la caida de un rayo en el edificio de enfrente... algo realmente digno de recordar.
Como olvidar a la bella niña del 2° piso, que nos fue simplemente imposible entablar una conversación con ella. De por sí su familia era algo especial, ahora ella era realmente hermosa y misteriosa a la vez. Lamentablemente la vimos partir antes que pudiéramos armarnos de valor y hacer lo debido, pero en fin... bastaba con encontrarla cada tarde al llegar de la escuela.
Los demás vecinos eran algo raros -¿o los raros eramos nosotros?- a decir verdad no lo sé. Sólo sé que nunca hubo una relación de cercanía con alguno -o por lo menos de parte mía, afirmo esto porque más adelante se darán cuenta-.
Un vecino adicto a las drogas y con el afán de tomar que no son de su pertenencia; una señora viuda con 3 hijas intentando conseguirles un padre; 2 familias viviendo en el mismo departamento con más de 4 hijos cada una; una familia disfuncional, donde el padre golpeaba a los hijos y la madre golpeaba al padre; 2 jóvenes hermanos disfrutando de su juventud; la pareja con problemas maritales y sus 2 hijos; una familia sin padre y con trastornos de personalidad y por consecuente de seguridad... más religiosos no podían ser -las palabras no alcanzan a describir aquella "familia"-; y finalmente mi segunda familia... los Fonseca Montalvo.
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Colección "ESCRIBO EN VACACIONES"
Bajo el título original "Vida Vertical"
-6/7/2010-
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