Pues como empezar... simplemente increíble, a más de 5 años de haber sido anunciada su producción, finalmente ha sido puesto en las salas de cine. Más de 10 años de la última aventura... sólo soñabas e imaginabas como sería aquella nueva cinta... ¿estará buena?... seguramente lo arruinaron... es Disney... ¿será en 3D?... muchas otras especulaciones y hasta finales alternativos... todos esperábamos aquel momento.
En sí la película no era lo interesante, mucho menos el final que tendría toda la secuela, lo que buscábamos era revivir aquel sentimiento muerto (en muchos) que te hacía no despegarte de la pantalla e imaginar que aquellos compañeros inseparables estarían quietos, sin vida aparente, pero cuando dormías o incluso mientras mirabas la película, imaginabas que estarían haciendo, que estarían diciendo, que estarían pensando... sólo deseabas pasar más tiempo con ellos, porque sabías que algún día ya no estarías con ellos.
Al ver la película e involucrarte con los personajes no deseabas un vaquero, mucho menos un guardian espacial, no deseabas ningún juguete en especial, porque sabías que en tu casa había los suficientes como para hacerte felíz. Había de todo tipo: peluches, carritos, dinosaurios, luchadores, superhéroes, pelotas, legos, monitos que salían en cereales y todo tipo de productos, hasta piedras... cualquier juguete era igualmente importante e indispensable.
Con ellos dormías, te bañabas, los llevabas a donde tenías que ir (fiestas, bautizos, cumpleaños, bodas, una simple visita a casa de la abuela, un viaje fuera de la ciudad, a la playa, con la familia de Chihuahua, a los restaurantes y hasta de compras) obviamente no podías llevar todos, pero llevabas los que más te gustaban, aunque sin discriminar a los demás... llegando jugabas con todos sin excepción.
Como fue pasando el tiempo, te dejaste de bañar en tina y ahora la regadera era lo de hoy, las bodas y los bautizos fueron menos comunes, así como las visitas a Chihuahua. Cada vez menos sacabas a tus compañeros a dar una vuelta por la ciudad. Sin embargo seguías jugando con ellos, incluso invitabas amigos para compartir aquellas batallas realizadas en el pasillo del departamento, en las escaleras del edificio, incluso en los montones de arena del camellón. Ahora no sólo eran tus juguetes, también había más compañeros con quién jugar y por consecuencia más juguetes con quienes soñar.
Así como el tiempo tira las hojas de los árboles, del mismo modo lo hace contigo. Los juguetes pasaron de tu mueble y tu cama, al closet y debajo de tu cama. De vez en cuando los sacabas y jugabas con ellos hasta el anochecer, cuándo era tiempo de meterse a bañar... ahora ellos no te acompañaban. Poco a poco cambiaste aquel soldado con pantalones beige y chaleco café, con mirada algo gruñona y su gran tanque; por un balón de soccer, de americano o de lo que fuera. Pasabas más tiempo afuera hechando la cascarita con tus vecinos que con tus fieles compañeros de plástico. Poco después esos balones y los breves momentos con aquellos amigos de plástico fueron cambiados por un aparato sin chiste alguno, que necesitaba de energía eléctrica para funcionar, aquella que podía reproducir discos compactos en tan sólo unos segundos, aquella cosa que hacía que te doliera la espalda por tanto estar sentado, aquella máquina que hacía ruidos a los cuales ya te habías acostumbrado. Otra impostora también fue aquella máquina que te intentaba decir que hacer y que decir, incluso como vestir y hasta que comprar... poco a poco fue borrándote...
Después de un tiempo, más cerca a la atualidad que a un pasado un tanto lejano... después de un penoso accidente con el agua. Unas fotografías salieron a la luz después de poco más de 12 años de haber estado guardadas. Comenzaste a hojear y por lo visto a simple instancia te parecieron cómicas hasta un tanto ridículas. Conforme fueron pasando las hojas del album, comenzaste a recordar... a revivir lo vivido. Tan sólo dos tristes gotas fluyeron a lo largo de tu ya cansado rostro... aquellas dos gotas no revelaban lo que en realidad estabas sintiéndo... no eran capaces de demostrarte cómo era que te sentías. Las páginas siguieron fluyendo.
En realidad no te habías sentido así en mucho tiempo, en realidad creo que nunca. Anoche fue uno de esos momentos, la película era sentimental, la situación por la que pasa... pero lo que en verdad estás viendo es a tí mismo. He ahí el centro del filme... y de tu vida...
Para que vivir sin recordar...
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Toy Story 3 - Junio 18, 2010-
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