Era cuestión de tiempo.
Ambos lo sabíamos, a quién queríamos engañar.
Ni hablar, creí que no sería tan difícil cuando pasara, cuando el temido evento se suscitara.
Fingir el "no sé" sirvió para dos cosas... no sirvió de nada; de todos modos ocurrió.
Hace que todo esto haya parecido un juego, un pasatiempo de adivinanzas, de predecir lo que estaría por venir.
Todo pareció extraviado en ese momento, todo se desmoronó en tan poco.
¿Qué tanto era? No lo sé; la percepción del todo a cambiado.
No me deja más opción que cuestionarse de nuevo:
"¿Qué tan real es todo lo que puedo ver, lo que puedo oír, lo que me has hecho sentir?".
Sería un buen drama, una buena historia qué contar, una buena lección... vaya que lo sería.
Pero como siempre he dicho: "No hay nada que no se arregle con una sonrisa".
Fue una buena experiencia, una maravillosa travesía, un lindo viaje a través de lo desconocido, de lo nunca vivido.
Ni hablar...
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