14/6/11

Somos invisibles

Ráfagas de imágenes, un mar de letras, 
destellos de luz inundan mi alcoba. 
Deseos e ilusiones incineran mi ser.
Cómo empezar a esclarecer
la mente de un pobre vago 
que dice ser amigo de la luna.
Pobre, aquel hombre que ahoga sus esperanzas
al mínimo rastro de contradicción,
aquel que entiende por real lo que su mísera mano escribe.
Lo poco que brota de sus delirios, 
lo plasma sobre una hoja, la cual
al parecer, su valor está en duda.
Exiguos argumentos lleva con él, 
contados los adjetivos que tiene su parecer,
su simple apariencia deja mucho al desdén;
es sólo un hombre posando para un retrato.
Una mueca fingida es lo que hemos logrado obtener,
comienza a llamar a los demás, pronto empezará a llover
y la señora del apellido extraño vendrá a cobrarse lo de la última vez.

No los hallo, es imposible que hayan desaparecido,
son sólo niños, y nosotros, a contraluz parecemos ancianos.

Es la señora, aquí viene, ¿qué escusa pondremos,
qué explicación le daremos? Estamos vacíos.
No ha notado nuestra presencia, parece ciega,
o ¿es que somos invisibles?
A contraluz parecemos ancianos.
Se siguió de largo, estamos a salvo.
Sigamos buscando a los pequeños.
¡Pronto! antes que el río llegue a la entrada de nuestro hogar.
Al parecer el río tampoco nos ha visto, parecemos invisibles,
nuestro reflejo en sus limpias aguas parece difunto,
extinto por tanta turbidez del ambiente, supongo.
Recuerdo la morbidez de nuestro cuerpo, 
¿qué nos ha pasado amor?
¿Dónde quedaron nuestros pequeños?
Extraño su aroma, la hermosa esencia que destilaban al recorrer nuestro lindo jardín,
dónde quedaron nuestros jazmines, el carmín donde estaba prohibido reír,
¿dónde están nuestros labios?
Acaso es la pútrida sociedad que continúa abrumando a nuestros pequeños,
oprimiendo nuestros deseos e ilusiones. 

Dejemos de fingir y comencemos a vivir.
Amor, te extraño.
Regresa con nosotros, te necesitamos, tu familia. 
Vuelve corazón.

No hay comentarios: