¿Adónde se ha ido?
Parece que otra vez se ha marchado.
Esta vez sin avisar ha partido.
Cómo es posible que siga en su espera, si en verdad nunca ha prometido que este es su destino.
Espero.
Intento sonreír de vez en cuando para no olvidar que sigo vivo.
Recuerdo, invade mi mente.
Cómo expulsarle si ni siquiera estoy consciente de mi realidad.
Es el presente.
Miro por la ventana y las imágenes brotan.
Es verano, la noche es inquieta, es demasiado densa, el ambiente sofoca.
Es por la noche, cuando solía recordarle.
La extrañaba.
Falsas sonrisas, miradas perdidas.
La noche se venía encima.
Esperar a que el sol apareciera sonaba como una locura.
Lo era.
Lo era.
Ansiar con soñar era lo mismo que soñar con desear.
Un verdadero problema era el que estaba a punto de presenciar.
Empezaba a llover, las ventanas había que cerrar.
Todos dormían, ligeros murmullos a lo lejos se lograban escuchar.
Ansiaba una compañía, un alguien en ese momento.
Los párpados empezaban a pesar, no olvidaba que ella seguía sin regresar.
En su espera, mi alma yacía sobre mis párpados; y mi vida sobre mis manos.
¿Cómo poder hacerlo, cómo pensar?
Predecir.
Justificar.
Sería lo más fácil.
Me encuentro colgado, mis pies se balancean de un lado a otro.
Mi sombra plasmada sobre el suelo.
Un curioso sonido produce la cuerda al frotarse con la viga de pino.
Debe ser ella.
Viene por mí.
No es así.
No funciona, algo debí haber hecho mal.
La música de la aurora llega a mis oídos.
Hemos fracasado murmuró a mi lado.
Comencemos de nuevo al atardecer.
Un lindo cuervo entró por la ventana.
Se posó sobre la mesa, llevaba consigo un retrato en su maravilloso pico.
¿O era una nota?
Hasta la fecha lo desconozco.Por cierto, ¿qué hora es?
Deberías estar dormida, mañana vendrá.
Y esta vez, no nos decepcionará.
No hay comentarios:
Publicar un comentario